miércoles, 18 de julio de 2018

ALGUNOS VERSOS DEL QUR'AN QUE HACEN REFERENCIA AL JANNAH (PARAÍSO)

“Tendrán allí cuanto deseen y aún dispondremos de más”.(Corán 50 : 35).

“Anuncia la buena nueva a quienes creen y obran bien: tendrán jardines por cuyos bajos fluyen arroyos. Siempre que se les dé como sustento algún fruto de ellos, dirán: “Esto es igual que lo que nos ha dado antes” .Pero se les dará algo sólo parecido. Tendrán esposas purificadas y estarán allí eternamente.” (Corán 2 : 25)

“Los temerosos de Allah, estarán entre jardines y fuentes. “¡Entrad en ellos, en paz, seguros!” Extirparemos el rencor que quede en sus pechos. Serán como hermanos, en lechos, unos enfrente de otros. Allí no sufrirán pena, ni serán expulsados.” (Corán 15 : 45-48).

“ Para esos serán los jardines del edén, por cuyos bajos fluyen arroyos. Se les adornarán allí con brazaletes de oro, se les vestirá de satén, estarán allí reclinados en divanes. ¡Qué agradable recompensa y qué bello lugar de descanso!” (Corán 18: 31)

“Ese día, los moradores del Jardín tendrán una ocupación feliz. Ellos y sus esposas estarán a la sombra, reclinados en sofás. Tendrán allí fruta y lo que deseen.” (Corán 36: 55-58)

“Los que teman a Allah, estarán en cambio, en lugar seguro, entre jardines y fuentes, vestidos de satén y de brocado, unos enfrente de otros. Así será. Y les daremos por esposas a huríes de grandes ojos. Pedirán allí seguridad, toda clase de frutas. No gustarán allí otra muerte que la primera y Él les preservará del castigo del fuego de la gehena (el infierno), como favor de tu Señor. ¡Ese es el éxito grandioso! “ (Corán 44: 51-57)

“A quienes hayan creído y hecho el bien hemos de alojarles en el Jardín, eternamente, en cámaras altas, a cuyos pies fluyen arroyos. ¡Qué grata es la recompensa de los que obran bien, que tienen paciencia y confían en su Señor!” (Corán 29: 58)

jueves, 12 de julio de 2018

MI GRAN AMOR POR JESÚS ME CONDUJO AL ISLAM (PARTE 3)

Los cuatro evangelios conocidos como de Mateo, Marcos, Lucas y Juan se encuentran en la sección de la Biblia denominada “Nuevo Testamento”. Fueron escritos entre los años 70 y 115 d.C. (es decir, décadas después de que el Mesías dejara de estar entre nosotros) y están basados en documentos de los que no ha quedado ni rastro. El Evangelio según Marcos fue el primero escrito en Roma y se redactó al menos cuarenta años después de que Jesús desapareciera. El de Mateo se escribió en griego aproximadamente en el año 90 d.C.; el de Lucas, también en griego, sobre el año 80 d.C. Los tres forman el grupo que se conoce como “evangelios sinópticos”, pues se basan en los mismos documentos perdidos a los que aludía antes. El Evangelio según Juan1 , sin embargo, encierra notables diferencias con los anteriores. Es en este último en el que se afirma la divinidad y preexistencia de Jesús, pese a que él jamás dijo nada parecido. El Evangelio según Juan se compuso entre los años 110 y 115 d.C. Los evangelios se escribieron tras la división de los discípulos en diferentes tendencias para dotar de soporte teórico las necesidades prácticas de la comunidad. Aunque se procuró basarlos en relatos transmitidos por la tradición, lo cierto es que, sirviendo como lo hacían a los intereses particulares de sus autores, no se puso un especial empeño en mantener el mensaje original libre de adiciones, recortes y manipulaciones. El Corán lo afirma con meridiana claridad y hoy, catorce siglos después, un gran número de teólogos cristianos así lo reconoce. Cabe destacar que los cuatro citados no fueron los únicos evangelios compuestos en los siglos siguientes a que Jesús desapareciera de entre nosotros. Hubo muchos: el Evangelio de Jacob, el de Pedro, el de Tomás, el de Felipe o el de Bernabé, entre otros. El Evangelio de los Hebreos, por ejemplo, compuesto en la misma lengua que hablaba Jesús, el que utilizaban los habitantes de Nazaret, niega la divinidad del Mesías, al que considera un gran profeta de Dios, pero no más que eso. En los cuatrocientos años que siguieron a la desaparición de Jesús, los evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan fueron incluidos entre los textos principales que componen el corpus de la Biblia. La Iglesia declaró canónicos estos cuatro evangelios y herético cualquier otro. Desde entonces esos cuatro evangelios fueron considerados “Palabra de Dios”, aunque ello no fue óbice para que se les continuaran introduciendo cambios. Como resultado, los evangelios canónicos se encuentran corruptos. Es evidente: ¿Cómo si no cabe explicarse que cada dos por tres vean la luz ediciones diferentes y contradictorias con las anteriores? Entre los numerosos factores que debemos tomar en consideración al analizar el grado de autenticidad y fidelidad al mensaje original de los cuatro evangelios canónicos se cuentan:

1.     Del Evangelio original revelado por Dios a Jesús al que hacen referencia tanto el Corán como los evangelios conservados1 no ha quedado ni rastro.
2.    Las primeras recopilaciones de las enseñanzas de Jesús, registradas por escrito muy poco tiempo después de su ascensión a los cielos, también se han perdido.
3.    Los Evangelios se escribieron entre setenta y ciento quince años después de los acontecimientos que narran y se basan en documentos perdidos; su contenido ha sido sometido a notables manipulaciones.
4.    Ninguno de los compiladores de los evangelios conocidos vio a Jesús, escuchó de viva voz sus palabras o fue testigo presencial de lo narrado.
5.    Los evangelios fueron compuestos en griego, mientras que Jesús hablaba arameo.
6.     Los evangelios y la mayoría de las epístolas que hoy conocemos fueron sancionados en el siglo IV d.C. (concretamente en el año 325) por una minoría de miembros del Concilio de Nicea. Antes del año 325 los evangelios, carentes de toda autoridad canónica, fueron alterados por copistas de las diferentes sectas y grupúsculos cristianos en consonancia con sus intereses y caprichos personales.
7.    La mayoría de los textos que integran lo que hoy conocemos como los evangelios se debe a la pluma de Pablo y sus discípulos. Pablo, que nunca vio a Jesús ni jamás lo oyó predicar, fue un señalado enemigo del mensaje del Mesías, a cuyos discípulos asesinaba, confinaba en mazmorras (Hechos 8:3 y 9:1-2) o los forzaba a calumniar al Maestro (Hechos 26:11). Sin embargo, tras su “conversión”, “procuraba unirse a los discípulos, mas todos se temían de él no creyendo que fuese discípulo; hasta tanto que Bernabé tomándolo consigo lo llevó a los apóstoles." (Hechos 9:26-27) Después de que, aseguraba, Jesús se le apareciera y le hablara camino a Damasco (Hechos 9:3-8), aunque no pudiera aportar de ello testigos ni pruebas de ninguna clase1 , de la noche a la mañana se convirtió en el portavoz oficial de Jesús, aquel al que el Mesías había designado para predicar al mundo: una designación, por cierto, para la que tampoco aportaba pruebas (Hechos 9:3-6)1 . Pablo comenzó a acusar a los discípulos y a aquellos que “no creían que él fuese un discípulo” de andar errados en la fe (Epístola I a Timoteo 6:20-21). De Bernabé, que tan bueno y compasivo trato le había dispensado, se dice que “fue inducido por ellos a usar de la misma simulación.” (Galatas 2:13) Para completar el círculo, Pablo se arrogó el derecho a propagar ideas contradictorias con las enseñanzas del Mesías, que no había venido sino a completar la Ley (Hechos 21:20 y Romanos 7:6)2 . Incluso “quería éste [Pablo] salir a presentarse en medio del pueblo, mas los discípulos no se lo permitieron” (Hechos 19:30): no sorprende, pues, que afirmara que “todos los naturales de Asia se han apartado de mí” (Epístola II a Timoteo 1:15) y que “en mi primera defensa nadie me asistió, antes todos me desampararon.” (Epístola II a Timoteo 4:16)
8.     Los más antiguos manuscritos de la Biblia conservados son el Codex Vaticanus, el Codex Sinaiticus y el Codex Alexandrinus, todos ellos fechados entre los siglos IV y V d.C. No es posible establecer con exactitud los cambios introducidos en los evangelios con anterioridad a esas fechas, siempre teniendo en cuenta, por supuesto, que los evangelios se escribieron en griego y Jesús hablaba arameo.
9.     Las discrepancias que se observan en los manuscritos conservados de los siglos IV y V son muy notables en diversos puntos1.
10. Los Evangelios y las Epístolas contienen numerosos errores y contradicciones1 . Además, no existe un nexo de unión probado de los mismos con sus supuestos autores. Con todo ello disponemos de pruebas más que suficientes para aseverar de manera categórica que el Evangelio original de Jesús, tal y como le fue revelado por Dios, no es lo que ha llegado hasta nosotros. Se concluye, pues, que los cuatro evangelios y las epístolas que hoy hallamos en la Biblia no pueden considerarse similares o equivalentes al Evangelio revelado por Dios a Jesús. Para abundar en la demostración valgan como muestra los siguientes ejemplos: La moderna doctrina cristiana se basa en el Nuevo Testamento. Pero el Nuevo Testamento ha sido sometido a tantos cambios que prácticamente no hay una edición nueva que se pueda calificar de igual a la anterior. Además, se trata de cambios tan sustanciales que afectan a las raíces mismas de la doctrina cristiana. Por ejemplo, las dos únicas fuentes evangélicas en torno a la ascensión de Jesús a los cielos han sido suprimidas. Concretamente nos referimos a los siguientes pasajes de Marcos y Lucas:

cielo y allí está sentado a la diestra de Dios.” (Marcos 16:19) “Y mientras los bendecía se fue separando de ellos y elevándose al cielo.” (Lucas 24:51). El pasaje de Marcos ha sido sencillamente eliminado junto a todo su contexto. El de Lucas, si bien no ha desaparecido del todo, ha quedado como sigue: “Y mientras los bendecía se fue separando de ellos”, donde las palabras “elevándose al cielo” se han evaporado. Veamos algunos otros ejemplos. En Mateo 16:27-28 leemos: “Ello es que el Hijo del hombre ha de venir revestido de la gloria de su Padre acompañado de sus ángeles a juzgar a los hombres; y entonces dará el pago a cada cual conforme a sus obras. En verdad os digo que hay aquí algunos que no han de morir antes de que vean al Hijo del hombre aparecer en el esplendor de su Reino.” Evidentemente la profecía no se cumplió. Habemos pues de concluir que se trata de un error de Mateo, pues en caso contrario sería una mera engañifa de Jesús y el Mesías, como profeta verdadero de Dios, no incurría en engaños. Pero es que Mateo en una misma página dice una cosa y completamente su contraria. Así, refiriendo la opinión que Pedro le merecía al Mesías, pone en sus labios: “Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado eso carne y sangre… Tú eres Pedro… Y a ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y todo lo que atare sobre la tierra será también atado en los cielos; y todo lo que desatare sobre la tierra será también desatado en los cielos.” (Mateo 16:17- 19). Sin embargo, apenas unos versículos más abajo (Mateo 16:23) leemos: “Pero Jesús vuelto a él le dijo: Quítateme [le habla a Pedro] de delante Satanás que me escandalizas; porque no tienes conocimiento ni gusto de las cosas de Dios, sino de las de los hombres.” Pensemos ahora en los sucesos relativos a la supuesta crucifixión de Cristo. Los evangelios se contradicen en este punto de manera flagrante y de principio a fin. Así, Mateo 27:44 afirma: “Y eso mismo le echaban en cara los ladrones que estaban crucificados en su compañía”. En efecto, no cabe duda de que los dos ladrones están insultando a Jesús. Sin embargo, en Lucas 23:39-40 leemos: “Y uno de los ladrones que estaban crucificados blasfemaba contra Jesús diciendo: Si tú eres el Cristo o Mesías sálvate a ti mismo y a nosotros. Mas el otro le respondía diciendo: ¿Cómo, ni aun tú temes a Dios estando como estás en el mismo suplicio?”, donde tampoco cabe duda de que uno de los ladrones lo insulta, mientras que el otro lo defiende. En fin, los errores y contradicciones son innumerables. Y no son solo cosa del Nuevo Testamento: también los hallamos en el Antiguo1 . Por ejemplo, en Reyes II 8:26 leemos: “Ocozías tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén”, lo que contradice Crónicas II 22:2: “Ocozías tenía cuarenta y dos años cuando comenzó a reinar”. Otro ejemplo: Reyes III 24:8 afirma: “Dieciocho años tenía Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén”, mientras que en Crónicas II 36:9 leemos: “Joaquín tenía ocho años cuando empezó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén.”
Otro. Samuel II 23 afirma que “Mical, la hija de Saúl, no tuvo hijos hasta el día de su muerte”, lo que contradice Samuel II 21:8: “Pero tomó a Armoní y Meribaal, los dos hijos que Rispá, hija de Aiá, había tenido con Saúl, y los cinco hijos que Mical, hija de Saúl, había tenido con Adriel, hijo de Barzilai, el de Mejolá.” A ver, ¿Mical murió sin hijos o dio a luz cinco? Para resolver la incongruencia el nombre Mical, que aparece tanto en la King James como en la New World Translation de los Testigos de Jehová, ha sido reemplazado en la New Standard American Version de 1973 por el de Merab. También el Antiguo y el Nuevo Testamento se contradicen; por ejemplo, en lo relativo a la visión de Dios. Así, según Juan 1:18, “A Dios nadie lo ha visto jamás”, lo que se confirma en la Epístola I de Juan 4:12 pero es completamente contradictorio con Génesis 32:30, donde Jacob afirma haber mirado a Dios a la cara: “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma”; con Éxodo 33:11, donde se nos viene a decir que el Señor le habló a Moisés cara a cara como quien mantiene una amigable charla con un amigo, y también desde luego con Éxodo 24: 9-11: “Y subieron Moisés y Aarón... y vieron a Dios, y comieron y bebieron.” Y otro ejemplo más. En Juan 3:13 leemos: “Ello es así que nadie subió al cielo, sino aquel que ha descendido del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo”. Pero Génesis 5:24 afirma: “Camino, pues, Enoch con Dios, y desapareció, porque lo llevó Dios”, y Reyes II 2:1: “Esto es lo que sucedió cuando el Señor arrebató a Elías y lo hizo subir al cielo en el torbellino.” Aclaremos el asunto: entonces, ¿a los cielos subió solo Cristo o también Enoch y Elías?
Todo ello sin contar con que existen numerosas versiones diferentes del Antiguo Testamento: la hebrea, la griega, conocida como Septuaginta, y la samaritana por ejemplo. Y sin contar con que buena parte de los verdaderos autores de los libros que componen el Antiguo Testamento nos son completamente desconocidos. Así lo confirma, sin ir más lejos, la introducción de la versión francesa de la Biblia, en la que leemos: “Los diferentes libros que componen la Biblia son obra, en su mayoría, de autores reconocidos como la voz de Dios entre los suyos, pero muchos de los cuales han permanecido en el anonimato”. El Islam, en una postura rigurosamente justa, mantiene que en la Biblia se mezclan verdad y falsedad, y el criterio para distinguir ambas no es otro que el Sagrado Corán y la Sunna del Profeta Muhammad, Dios lo bendiga y salve. En definitiva, cuanto en la Biblia sea acorde con el Corán y la Sunna será tenido por cierto. Y viceversa: cuanto no lo sea, será tenido por falso. Si en la Biblia, por último, se alude a algo y en el Corán y la Sunna no, entonces no podremos juzgarlo. Creer con un convencimiento pleno en el mensaje original revelado por Dios a Abraham, a Moisés, a David, a Jesús o a cualquier otro profeta, con todos ellos sea la paz, es parte sustancial de la fe: sin ese pío convencimiento no serás musulmán.



domingo, 8 de julio de 2018

MI GRAN AMOR POR JESÚS ME CONDUJO AL ISLAM (PARTE 2)


En 1977 llegué a los Estados Unidos para iniciar mis estudios universitarios. Comencé asistiendo a una escuela para aprender inglés donde conocí a personas de diferentes orígenes y religiones. En esa escuela de Seattle, Washington, compartí habitación con un saudí que seguía estudios de maestría: Fouad, creo que se llamaba… Un día, Fouad me preguntó si no tenía inconveniente en que rezara en la habitación. Le contesté que no. Me sorprendió ver rezar por vez primera a un musulmán. Antes de comenzar la oración se lavó las manos y se enjuagó la boca. Seguidamente, se lavó la cara y los antebrazos1 en el pequeño lavamanos del aseo interior de nuestra habitación. Desde luego era la primera vez que veía a alguien lavarse los pies en un lavamanos… Me quedé embelesado observando la secuencia de sus movimientos al orar. Se levantaba, se arrodillaba y finalmente se postraba rozando el suelo con la frente. Nosotros, en la iglesia, solo nos arrodillábamos y rezábamos. Pero lo de Fouad era diferente. Poco después se mudó de habitación y no volví a ver orar a un musulmán durante meses. En la escuela donde aprendía inglés los recesos eran aprovechados por los estudiantes de diferentes países para reunirse a charlar. Recuerdo bien una de aquellas charlas en torno al origen de las religiones. “Rezáis como rezáis - comenté llegado un momento de la discusión- no más porque tal es el modo en que vuestros antepasados lo hacían”. Después añadí que sus antepasados adoraban el sol y las estrellas, y que tales emociones se habían transmitido, de generación en generación, hasta hoy. Comenzaba así a dudar sobre el origen de la fe en Dios, aunque mis profundas creencias cristianas me libraron de caer en el ateismo. Un día, visitando una mezquita, observe a un nutrido grupo de personas que oraban de igual modo que había visto hacer a Fouad. Aunque el suelo estaba gélido, permanecían todos sentados y eso me animó a quedarme a oír lo que el imán tenía que decir. Se llamaba Jamil AbdulRazzaq, era iraquí, y platicaba en inglés sobre la maledicencia. Recuerdo la suya como una voz poderosa y plena de pasión. Miraba a los asistentes como si supiera de alguno calumniador al que no quería señalar directamente. Seguro que pretendía que todos los maledicentes se sintieran culpables por igual. Aquel mismo día recibí un paquete con publicaciones en torno a diversos temas. Entre ellas había una que abordaba el estudio del Islam y el Cristianismo desde un punto de vista comparativo. Me tomó mucho tiempo leer aquello: al fin y al cabo, a la sazón yo no era más que un novato de la Oklahoma State University. Pero fue a través de ese estudio comparativo como tomé conciencia de que tanto el Islam como el mensaje de Jesús son por igual producto de la revelación divina. El Mesías dijo que su mensaje no era suyo, sino de Dios: “Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar.” (San Juan 12:49). De igual modo, la revelación que Muhammad, el enviado de Dios, sobre él la paz y la bendición, transmitió a toda la humanidad provenía también de Allah por conducto del ángel Gabriel: “Y en verdad que ésta es la revelación del Señor del universo. El Espíritu Fiel [el ángel Gabriel] descendió con ella hasta tu corazón para que adviertas.” (Qur’an 26: l92-194) Así pues, la autenticidad de una religión y su origen divino dependen en gran medida de hasta qué punto lo revelado por Dios a la humanidad ha sido transmitido de manera exacta. Dicho de otro modo, una religión será perversa en la medida en que lo revelado a los profetas no haya sido en ella transmitido fielmente. Si algo se omitió o se cambió, es casi seguro que la esencia del mensaje original se habrá perdido para siempre. Por tanto, si queremos ser justos y objetivos en nuestras valoraciones deberemos determinar hasta qué punto los Evangelios y el Corán están libres de adulteraciones, adiciones o supresiones. Ya que el objetivo es transmitir la verdad al estimado lector, y considerando que a veces, un relato personal de sucesos no atrae a cierta gente, lo que encuentra en este libro es un resumen sobre la comparación del Cristianismo e Islam – las dos mayores religiones influyentes en el mundo con el mayor número de fieles de todas las razas y naciones. Después de ello, continuaré narrando acontecimientos desde mi personal experiencia. Ese es nuestro propósito principal con este libro. Por ello, lector, si buscas la verdad, espero que Allah te ilumine a través de él.



jueves, 5 de julio de 2018

MI GRAN AMOR POR JESÚS ME CONDUJO AL ISLAM (PARTE 1)

Nací católico y como tal fui educado en la creencia de que el catolicismo es la única religión verdadera; el judaísmo, un mero preludio del Cristianismo y cualquier otra religión, falsa. Oí hablar del Islam por vez primera en 1978. Supe entonces que los musulmanes creen en el origen divino del Cristianismo y el judaísmo y que el Corán afirma que a lo largo de la historia Dios ha enviado profetas a las diferentes partes del orbe para guiar a los seres humanos al buen camino. Para implantar el Cristianismo en lo más hondo de la conciencia la Iglesia Católica se sirve de un plan que, ejecutado en la más tierna infancia, asegura que con toda probabilidad su influencia se extenderá de por vida. El plan discurre en sus líneas maestras en torno a la vida y persona de Cristo, desde su supuesto nacimiento en diciembre hasta su supuesta crucifixión en Semana Santa. Sin embargo, todos esos sucesos no se conocieron hasta siglos después de que él dejara de estar entre nosotros: no fueron revelados por Dios, sino inventados por hombres. Siguiendo una tradición venezolana, yo esperaba cada nochebuena que Jesús apareciera portando los regalos que le había pedido en mi carta anual. Pero como pertenecía a una familia pobre y tenía muchos hermanos, al Niño Jesús le resultaba en extremo difícil traérmelo todo. Yo me preguntaba desconcertado cómo podía ser que, si tal como me enseñaban en las clases de catecismo, Jesús tantos milagros obraba, fuera incapaz de traerme un simple triciclo. ¿Acaso traerme un triciclo no resulta más sencillo que resucitar a los muertos?, me preguntaba. Y así, durante años… Al aproximarse la Semana Santa solía ver las recreaciones televisivas de la Pasión y Muerte de Cristo. Me moría de ganas de meterme dentro de la tele y tratar de ayudarlo de algún modo. Rogaba a Dios que viniera en su auxilio, que no dejara que crucificaran a Su “hijo”. Y al final, incapaz de soportarlo, lloraba a escondidas (porque “los hombres no lloran”). En verdad no podía comprender que se dirigiera tanta crueldad contra un hombre bueno. Aunque traumatizantes, aquellas experiencias encendieron en mi interior una llama de vivo amor por tan grande profeta. Acaso a otros niños que veían colmadas sus expectativas navideñas fueran los regalos los que les infundieron el amor a Cristo... En definitiva, si el objetivo de la Iglesia es engendrar en los hombres la veneración a Jesús no cabe duda de que conmigo lo consiguieron. Aprendí a amarlo más incluso que a mis padres. Mas, aún muy niño, comencé a cuestionarme el poder divino. Dios, cavilaba para mis adentros, hace cuanto le viene en gana. Él es el creador del universo todo: de la tierra, del sol, de la luna, las estrellas y el hombre. Entonces, ¿por qué no libró de la muerte al Jesús crucificado? En cierta ocasión, dispuesto a resolver la paradoja, trepé una tapia en la parte trasera de nuestra casa y allí me dirigí directamente a Él. “Dios mío, exclamé, voy a arrojarme desde lo alto de esta tapia. Si tan poderoso eres, si nada escapa a tu voluntad, hazme volar surcando los aires. Si no lo haces, dejaré de creer en tu poder, porque tampoco pudiste salvar a Jesús”. ¡Menos mal que la tapia no era muy alta…! Y a cada tentativa de vuelo crecía más en mí el convencimiento de que, al cabo, Dios no era tan poderoso. ¡Qué chiquillada!, ¿verdad?
Cuando comencé los estudios de secundaria mis padres me autorizaron a trabajar con un señor mayor fotógrafo al que acompañé a multitud de sitios. Resultó que mi amigo fotógrafo tenía fama de brujo. Doquiera que acudíamos las clientas le rogaban que les leyera la buenaventura. Él, entonces, encendía un cigarro y al tiempo que se consumía y sus cenizas se iban desprendiendo desvelaba sus “adivinaciones”. Otras veces hipnotizaba a las personas para sonsacarles sus secretos más íntimos. Todas estas experiencias se fueron depositando en mi conciencia a una edad muy temprana. Por entonces, mis padres frecuentaban un centro de parapsicología. Allí acudí con ellos en diversas ocasiones y allí me fui familiarizando con la meditación, los espíritus, las posesiones demoníacas, la así llamada “comunicación de los muertos con los vivos”1 , etc. Allí aprendí también a orar dos veces al día frente a un pequeño altar que mi padre, con cariñoso esmero, había erigido. Mi padre tenía un libro que solía leer muy a menudo. Se titulaba La vida de Jesús dictada por él mismo. En una de aquellas reuniones, la persona que conducía la sesión me preparó una suerte de talismán. Según él, sus virtudes portentosas habrían de protegerme de todo mal, así que lo porté siempre conmigo. Mientras tanto continuaba reflexionando acerca de la crucifixión de Cristo. Mi padre me dijo que en el libro que tanto le agradaba leer Jesús afirmaba en nombre propio que había viajado a lugares muy distantes de Jerusalén, lo que me devolvió en cierta medida el optimismo, aunque no se me alcanzaba cómo podía ser que Jesús hubiera dictado su propia autobiografía. Al finalizar los estudios de secundaria me ofrecieron la posibilidad de trasladarme con una beca a los Estados Unidos para allí obtener una licenciatura en ingeniería, y acepté lleno de gozo. Me desplacé a los EEUU en 1977. Pero antes de eso tuve una experiencia que afectó muy negativamente a mi fe cristiana. Cierto día fui testigo de cómo dos cristianos modélicos se detenían a auxiliar a una persona que había sufrido un ataque de epilepsia en plena calle. Primero lo socorrieron, y seguidamente le abrieron la cartera para sustraerle el dinero. Aunque los actos individuales no prueban la validez de una religión, lo cierto es que aquello me impresionó vivamente. Acaso para algunos parezca un episodio intrascendente. Pero para mí, que había visto el severo castigo que mi padre aplicó a uno de mis hermanos por aparecer en casa con veinticinco centimitos de bolívar cuyo casual hallazgo no atinó a explicar de manera satisfactoria, el asunto no era baladí.


lunes, 2 de julio de 2018

ALGUNAS CONFUSIONES SOBRE LA SUNNAH Y SU REFUTACIÓN

En la actualidad vemos que algunas personas que se adhieren al Islam, y que no tienen las más mínimas nociones sobre la Ciencia del Hadiz y sus Principios, se han enfocado en negar la obligación de seguir la Sunnah y creer que está protegida por Al-lah, imitando de esta forma a los grupos desviados del Islam y a los Misioneros y Occidentales. A continuación mencionaremos algunos de sus argumentos y su correspondiente refutación:

1- El Corán es suficiente para explicar el Islam y todos los veredictos legales.
Entre las pruebas que mencionan:
· {No hemos omitido nada en el Libro.} [Corán 6:38]
· {Te hemos revelado el Libro que contiene todos los preceptos y el cual es guía, misericordia y albricias para quienes se someten a Allah.} [Corán 16:89]
· {No es [el Corán] un relato inventado sino una confirmación de lo revelado anteriormente, y es una explicación detallada de todas las cosas, guía y misericordia para los creyentes.} [Corán 12:111]
· {Y no le enseñamos [al Profeta Muhammad] la poesía, pues no es propia para él; ciertamente es un motivo de reflexión y un Corán claro.} [Corán 36:69]

Esto prueba que el Corán contiene todo asunto relacionado con el DIN, todos los preceptos necesarios para las personas y que además están explicados de forma clara y detallada, de tal forma que no es necesario recurrir a alguna otra cosa como la Sunnah.

Refutación: Quienes alegan esto demuestran su ignorancia e incomprensión de las aleyas del Corán, puesto que es bien conocido que el Corán contiene asuntos claros y explícitos y otros que son generales en donde la Sunnah los explica y aclara. Basta con mencionar el ejemplo del pilar de este Din: la oración; ¿dónde aparece en el Corán el número de oraciones obligatorias? ¿cuándo empieza y termina el tiempo de cada oración? ¿cuántas Raka’as tiene cada oración? ¿cómo hay que hacer la oración? ¿cuáles son sus pilares y condiciones? Y así podemos seguir con el resto de pilares del Islam. Por tanto, vemos que el Corán contiene los principios básicos de la religión y las bases generales de las leyes, a veces están explicadas de forma clara y otras veces es el Profeta quien las explica; y como Al-lah envió a Su Mensajero Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, para que les enseñe a las personas su religión y les ordenó seguirle, todas los preceptos que él explicaba eran explicaciones al Corán.
Dijo el Imam Ash-Shafe’i, que Al-lah lo tenga en Su Misericordia: “No acontece ningún asunto en este Din sin que encontremos en el Corán la prueba sobre el camino correcto a tomar en ello.
Dijo Al-lah, Glorificado y Exaltado Sea:
· {Éste es el Libro que te hemos revelado para que saques a los hombres de las tinieblas a la luz, por la voluntad de tu Señor, y les guíes hacia el sendero de Al-lah, Poderoso, Loable.} [Corán 14:1]
· {Y te hemos revelado el recuerdo para que puedas explicar a las personas lo que les ha sido descendido (el Corán) y quizá así reflexione.} [Corán 16:44]
· {Te hemos revelado el Libro que contiene todos los preceptos y el cual es guía, misericordia y albricias para quienes se someten a Allah.} [Corán 16:89]
Todo lo que Al-lah ha explicado en Su Libro a Sus siervos se resume en los siguientes puntos:

· Asuntos que Él ha explicado a Su creación claramente: la obligación de rezar, ayunar, dar el Zakat, etc., la prohibición de los pecados tanto públicos como privados: la fornicación y el adulterio, el alcohol, los animales muertos, la sangre, la carne de cerdo; les explicó cómo es la obligación de la ablución, etc.etc.
· Asuntos que Él ha ordenado en Su Libro y explicó cómo deben ser llevados a cabo por boca de Su Mensajero: el número de oraciones obligatorias, el cálculo Zakat y su tiempo, y otras obligaciones más que Al-lah ha revelado en Su Libro.  Asuntos que ha establecido Su Mensajero, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, sobre los cuales Al-lah no se ha pronunciado en el Corán, pero que Al-lah ordenó en Su Libro obedecer a Su Mensajero y aceptar su juicio. Así pues, quien acata las órdenes del Mensajero está acatando la orden de Al-lah de obedecerle.
· Asuntos que Él ordenó a Sus siervos esforzarse para conseguirlos, y probó la obediencia de Sus siervos en el esfuerzo así como en otros asuntos que Él les ha ordenado.

En cuanto al versículo {No hemos omitido nada en el Libro.} [Corán 6:38], la mayoría de los Sabios del Tafsir dicen que se refiere a la Tabla Protegida (Lawh al Mahfudh) y el contexto completo del versículo confirma esta interpretación, dice Al-lah: {No hay criatura que camine en la tierra o vuele con sus dos alas que no forme una comunidad igual que vosotros. No hemos omitido nada en el Libro. Éstas [criaturas] también serán congregadas ante su Señor [el Día del Juicio].} [Corán 6:38]; tal como vemos, el versículo está hablando del inmenso conocimiento de Al-lah y como Él abarca con Su conocimiento todo lo que pasa en Su creación, ya sean criaturas que caminen sobre la tierra, aves o cualquier otra criatura, Él decretó su sustento y luego las congregará en el Día del Juicio, Glorificado Sea. Y esto es parecido al versículo: {No sucede ninguna desgracia en la Tierra ni os azota a vosotros mismos adversidad alguna sin que esté registrada en un Libro antes de que acaezca. Ello es fácil para Al-lah.} [Corán 57:22], el Libro que contiene todos los asuntos que ocurrieron, ocurren y ocurrirán es la Tabla Protegida. E incluso si interpretamos el Libro como el Corán, los sabios que lo han interpretado así dicen que se refiere a que contiene todo lo que necesitan los creyentes, ya sea órdenes y prohibiciones, creencias y leyes, albricias y advertencias, etc.etc. pero nadie de ellos dijo que eso significa que no es necesario seguir la Sunnah. De esta forma vemos que el error de estas personas radica en que se agarran a una aleya o dos (que no hacen referencia en absoluto a lo que ellos defienden) y fundamentan su errada creencia sobre ello, haciendo caso omiso al resto de aleyas que hablan sobre este tema; es decir, creen en una parte del Libro y descreen de la otra.


2- Al-lah prometió proteger el Qur'an.

Mencionan el siguiente versículo: {Ciertamente Nosotros hemos revelado el Recuerdo y somos Nosotros sus custodios.} [Corán 15:9] Esto prueba que Al-lah sólo prometió proteger el Corán y no la Sunnah, así que si la Sunnah fuera obligatorio seguirla la habría preservado Al-lah.

Refutación: Cuando Al-lah dice que protegerá el Dhikr no se refiere solamente al Corán, sino que se refiere a la Ley de Al-lah y Su religión, así que es más amplio como para referirse solamente al Corán. Lo confirma el siguiente versículo, conocido por todos: {Preguntadle a la Gente del Recuerdo [Ahlu Dhikr] si no sabéis.} [Corán 16:43], es decir, a la gente que tiene conocimiento de la Religión y Ley de Al-lah, y no hay dudas de que Al-lah, tal como protegió Su Libro, también protegió Su Sunnah, ya que ésta es la que lo explica y aclara (tal como mencionamos en el apartado de la protección de la Sunnah), dice Al-lah: {Y te hemos revelado el recuerdo para que puedas explicar a las personas lo que les ha sido descendido (el Corán) y quizá así reflexionen.} [Corán 16:44]

Ibn Házm, que Al-lah lo tenga en Su Misericordia, respondiendo a aquellos que dicen que el Dhikr en la aleya sólo se refiere al Corán: “Eso es falso, una simpleza sin evidencia, no se puede limitar el Dhikr sólo al Corán sin prueba alguna…El Dhikr es un nombre que comprende todo aquello que Al-lah ha revelado, ya sea Corán o Sunnah, para así explicar el Corán, y Al-lah dijo: {Y te hemos revelado el recuerdo para que puedas explicar a las personas lo que les ha sido descendido (el Corán) y quizá así reflexionen.} [Corán 16:44]; sabemos que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, está ordenado a explicar el Corán a las personas y sabemos que en el Corán hay muchas obligaciones generales que no han sido explicadas, como la oración, el Zakat, la peregrinación y otros asuntos que no entendemos qué es lo que quiere Al-lah (específicamente) de nosotros con Sus palabras, pero el Mensajero de Al-lah nos lo aclara y explica, y si esta explicación de los asuntos generales del Corán no está preservada y protegida de cualquier alteración, entonces quedaría anulado el beneficio de este versículo coránico y por ende quedarían anuladas también la mayoría de las leyes que Al-lah nos ordenó en Su Libro, y entonces no sabríamos cuál es el verdadero significado de Sus palabras.”

3- El Hadiz de comparar las palabras del Mensajero con el Qur'an.

Dice el hadiz: “Todo lo que os llegue de mí comparadlo con el Corán, si coincide con lo que dice el Libro de Al-lah, lo he dicho en realidad; y si difiere con él, no lo he dicho. ¿Y cómo voy a diferir con el Libro de Al-lah si a través de él me ha guiado Al-lah?”

Refutación: Lo gracioso y contradictorio de esta crítica es que estas personas niegan la protección de la Sunnah pero sin embargo justifican su postura ¡¡basándose en la propia Sunnah!! En cuanto al hadiz que mencionan: es falso, sin base alguna. Dijo el Imam Ash-Shafei’ en Ar-Risalah: “No lo ha reportado nadie, ya sea en una obra pequeña o grande.” Dijo el Imam del Hadiz, Yahia Ibn Ma’in: “Es un hadiz inventado, lo pusieron los hipócritas.” Dijo AbduRahmán Ibn Mahdi: “Los hipócritas y los Jawariyy han inventado este hadiz.”
Dijo Ibn Hayar: “Este hadiz no es verídico.”
Dijo Al Baihaqi: “El hadiz que se reporta de comparar el hadiz con el Corán es falso, se evidencia a sí mismo, ya que no existe ninguna aleya que sugiera comparar el hadiz con el Corán.”

4- La Recopilación de la Sunnah no se hizo hasta mucho tiempo más tarde y el Profeta prohibió escribir todo lo que no sea Qur'an.

Si la Sunnah fuera importante se habría escrito en época misma del Profeta y no se habría prohibido escribirla, así que pasó tiempo suficiente como para que la Sunnah se perdiera, olvidara y tergiversara.

Refutación: Esta errada idea ha estado muy extendida entre los Occidentales y muchos de los musulmanes, debido a su ignorancia de los Principios del Hadiz y del idioma árabe, suponen que los hadices han estado transmitiéndose durante 100 años de forma oral y no hubo ninguna escritura de los mismos; es decir, confunden entre los términos: Recopilación (Tadwin) y Escritura (Kitabah). La Recopilación es juntar y reunir algo que ya está escrito, tal como pasó con el Corán en época de Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, el hecho de que el Corán se haya recopilado en época de Abu Baker no quiere decir que no estuvo escrito en época del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Lo mismo sucede con la Sunnah, la primera recopilación la hizo el Imam Ibn Shihab Az-Zuhri (falleció en 124 H) en el año 100 H bajo la orden del califa Omar Ibn Abdul’Aziz, que Al-lah lo tenga en Su Misericordia. En cuanto a la escritura de la Sunnah, ya se había empezado a escribir en la vida misma del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, bajo su permiso y conocimiento y tenemos los siguientes hadices auténticos que lo confirman:

De Abdulah Ibn ‘Amr Ibn Al ‘As, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Solía escribir todo aquello que escuchaba del Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, para así memorizarlo, pero la gente de Quraish me reprendió sobre esto y me dijo: ¿escribes todo lo que escuchas siendo el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, un ser humano que puede hablar estando enojado y contento?. Así que deje de escribir y le mencioné lo sucedido al Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, pero él señaló con su dedo a su boca y dijo: Escribe, por Aquel en cuyas manos está en mi alma que no sale de ella sino la Verdad.” Transmitido por Abu Dawud y declarado auténtico por el Shaij Al Al Bani en Sahih Abi Dawud (3646). De Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él: “No hay ningún Compañero del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, que reporte de él más hadices que yo, excepto lo que venga de Abdulah ibn ‘Amr, ya que él solía escribir y yo no.” Transmitido por Al Bujari (113). De Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “El Mensajero de Al-lah dio una disertación el día de la conquista de la Meca…Y se levantó un hombre del Yemen llamado Abu Shah y dijo: Escríbeme (lo que has dicho) Mensajero de Al-lah. Entonces dijo el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: Escribible a Abu Shah.” Transmitido por Bujari (6880) y Muslim (1355). En cuanto al hadiz que se reporta de Abu Sa’id al Judri, que Al-lah esté complacido con él, que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “No escribáis sobre mí, quien escriba sobre mí algo que no sea el Corán, que lo borre.” Transmitido por Muslim. Hay diferencias de opinión entre los Sabios del Hadiz sobre si lo ha dicho el Profeta o son palabras de Abu Sa’id Al Judri. Dijo el Hafidh Ibn Hayar: “La opinión correcta es que son palabras de Abu Sa’id Al Judri, lo dijo Bujari y otros.”26 Los Sabios que han dicho que son palabras del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, concilian este único hadiz con los anteriores que sí lo permiten diciendo:

1- Fue abrogado por los posteriores hadices, en un primer momento estuvo prohibido escribir la Sunnah por temor a que se mezclara con el Corán, pero más tarde se permitió, ya que el hadiz de Abdulah Ibn Amr Ibn Al ‘As es tardío (entró al Islam en los últimos años del periodo de Medinah).

2- La prohibición del Profeta era específicamente sobre escribir el Corán y otra cosa en la misma hoja, por temor a que se mezclaran ambas cosas y conlleve a la confusión. Porque hay muchos hadices que prueban que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, sí ordenó que se escribieran varias cartas para enviarlas a los diversos reyes y gobernantes de su época invitándoles al Islam, así como varios reportes que muestran que los Sahaba tenían escritos con la Sunnah, y el Corán mismo ordena escribir las deudas que se contraen: {¡Oh, creyentes! Si contraéis una deuda por un plazo determinado ponedlo por escrito.} [Corán 2:282]

Entre los Sahaba que tenían escritos con hadices, además de Abdullah Ibn ‘Amr Ibn Al ‘As y Abu Shah, tenemos a: Abu Baker, Abu Ayub Al Ansari, Ibn ‘Abbas, ‘Ali Ibn Abi Talib, Abu Rafi’ (sirviente del Profeta), Omar Ibn Al Jattab, Abu Musa Al Ash’ari, Ubai Ibn Ka’b, Usaid Ibn judair, Asma’ Bint ‘Umais, Yabir Ibn Samura, Yabir Ibn ‘Abdullah, Sa’d Ibn ‘Ubadah, etc.etc, que Al-lah esté complacido con todos ellos. Por tanto, vemos que la Sunnah se escribió tanto en época del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, como después de su muerte y se transmitió de forma oral y escrita. Estas son las confusiones y críticas más importantes que hacen estas personas a la Sunnah del Mensajero Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, pero ya hemos visto lo débiles que son sus argumentos al limitarnos en nuestra refutación al Corán, la Sunnah y el Iyyma’ (consenso) y ha quedado reflejado que el verdadero objetivo de estas personas, con o sin intención, es acabar con la Sunnah y seguir lo que vaya acorde a sus pasiones e ideas personales. Y tal como dice Al-lah en el Corán: {¿Acaso existe alguien más extraviado que quien sigue sus pasiones sin ninguna guía proveniente de Al-lah? Al-lah no guía a los inicuos.} [Corán 28:50] Dijo el Compañero del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, Sahl Ibn Hunaif, que Al-lah esté complacido con él: “No obren basados únicamente en su opinión personal, pues en verdad me han visto el día de Abi Yandal27, si pudiera rechazar la decisión del Mensajero de Al-lah, lo habría hecho.” Transmitido por Bujari y Muslim. Dijo el Hafidh Ibn Hayar, que Al-lah lo tenga en Su Misericordia: “Es decir, no utilicen solamente su opinión sin basarse en los principios de la religión”. Dijo el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “No será completa la fe de ninguno de vosotros hasta que sus inclinaciones sean acordes a lo que he traído.” Transmitido por el Imam An Nawawi en Arba’in Nawawiya, y lo declaró auténtico. Fue narrado también de Ibn Al-Ashayyi que Omar Ibn Al Jattab, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Cuidado con la Gente del Rai’ (aquellos que expresan su opinión personal aunque vaya contra las leyes), porque ellos son enemigos de la Sunnah, dejaron de memorizar los hadices, se extraviaron a sí mismos y extravían a los demás”. 28 Dijo el Imam Ahmad: “A quien veas que se guía por su opinión personal, indudablemente encontrarás que tiene perversidad en su corazón”.29 Y no nos debe sorprender esta afirmación del Imam Ahmad, que Al-lah lo tenga en Su Misericordia, ya que estas personas en su afán de criticar la Sunnah y en su orgullo de negarse a seguir el consenso de nuestros Salaf Salih (predecesores piadosos) han llegado al punto de desacreditar y rebajar el estatus de nuestros Sahaba y de los Sabios del Islam, diciendo que ellos no tenían un entendimiento correcto de los textos, incluso se burlan diciendo: “¡¿Hasta cuándo seguiréis el entendimiento que unos beduinos del desierto hacían del Corán y la Sunnah!?”
Dijo el Shaij del Islam Ibn Taimiah, que Al-lah lo tenga en Su Misericordia, sobre este tipo de personas: “Tratar de ignorantes a los predecesores y primeros, subestimarlos y creer que ellos eran personas sin educación…que no tenían suficiente conocimiento de Al-lah y no se dieron cuenta de asuntos importantes del conocimiento divino, y que realmente los que vinieron después de ellos son los virtuosos y quienes lograron todo eso…Si una persona reflexiona estas palabras, las encontrará llenas de una extrema ignorancia, es más, de un desvío extremo.” 30 Su situación se asemeja a la de los hipócritas: {Cuando se les dice: ¡Creed como creen los hombres! Responden: ¿Es que vamos a creer como lo hacen los necios? ¿Acaso no son ellos los necios? Pero no lo saben.} [Corán 2:13] Y por eso los vemos llamando e incitando a que se reinterpreten las leyes y postulados del Islam (NO penas capitales, NO hiyab, NO sistema de matrimonio y divorcio islámico, etc.etc.), alegando que esas leyes descendieron en una época diferente a la nuestra y que ahora es necesario acomodarlas a la realidad en la que vivimos. Dice Al-lah en el Corán: {¿Acaso pretenden un juicio pagano? ¿Y quién mejor juez que Al-lah para quienes están convencidos de su fe?} [Corán 5:50]
Dijo el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, alertando a su Ummah sobre dejarse engañar por las palabras de estas personas:
“En los últimos tiempos de mi Ummah habrá personas que os hablarán de asuntos que jamás habíais escuchado vosotros ni vuestros padres, tened cuidado con ellos y ¡ay de ellos!” Muslim (6).
“Lo que más temo por vosotros después de mí, es sobre un hipócrita elocuente al hablar.” Transmitido por Ahmad y declarado auténtico por el Shaij Al Albani en Sahih Al Yami’ (239). Le pedimos a Al-lah que nos proteja del desvío.

Por esta razón el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, clarificó que aquel que habla sobre Al-lah sin conocimiento es una persona que forma parte de los ignorantes que son extraviados y extravían a los demás. Abdullah ibn ‘Amr ibn Al ‘As, que Al-lah esté complacido con él, dijo: “Escuché al Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, decir: Al-lah no quita el conocimiento, después de haberlo dado, arrancándolo; sino que lo quita llevándose a los ‘Ulamâ´ (sabios) junto con su conocimiento, de forma que quedan dirigentes (cabecillas) ignorantes a los que les piden dictámenes y los dan sin conocimiento y se extravían ellos y extravían a los demás” Transmitido por Bujari y Muslim. Y sobre esta gente dijo Al-lah en el Corán: {Éstos cargarán con sus propios pecados el Día de la Resurrección y parte de los pecados de aquellos a quienes ellos extraviaron sin conocimiento. ¡Qué pésima es la carga que llevarán!} [Corán 16:25] {Ellos cargarán con sus propios pecados además de los pecados que cometan quienes ellos extraviaron; y el Día de la Resurrección se les preguntará acerca de las mentiras que inventaban.} [Corán 29:13]

Dijo el Shaij del Islam Ibn Taimiah, que Al-lah lo tenga en Su Misericordia: “Todo creyente tiene que hablar de los asuntos religiosos conforme a lo que trajo el Mensajero, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y no dar prioridad a otros sobre él, que analice lo que ha dicho para que sus palabras concuerden con sus palabras, sus acciones sean conforme a sus órdenes, pues así eran los Sahaba y quienes siguieron su camino correctamente, y también los imames de los musulmanes; por esta razón ninguno de ellos contradecía los textos (del Corán y la Sunnah) con sus razonamientos, ni basaba su religión en algo ajeno a lo que trajo el Mensajero, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Si quería saber algo de la religión miraba a lo que había dicho Al-lah y su Mensajero, de él aprendían y sobre él hablaban, sobre sus dichos reflexionaban, en él basaban sus evidencias, porque ese es el fundamento de Ahlu Sunnah (Gente de la Sunnah)”.

Y cuán ciertas son las palabras de su alumno Ibn Al Qaíim, que Al-lah lo tenga en Su Misericordia:
La ignorancia es una enfermedad que mata y su cura son dos asuntos que se relacionan: los textos del Corán y de la Sunnah Y el Doctor de ello, es el ‘Alim que los enseña.




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