Una de las tareas principales emprendidas tras el Islam es la protección de la vida humana contra la desintregración, el desorden, el maltrato y la violencia en todas sus formas, mediante leyes y valores éticos racionales.
En el Islam la familia es la piedra angular del edificio social y la que organiza, dirige y apoya el orden de la sociedad.
La vida familiar, desde el punto de vista islámico es fuente de felicidad, amor y afecto, potenciándose el compañerismo y seguridad espirituales entre los esposos y los niños.
En el Islam, la mujer tiene una posición de honor, un alto grado de respeto como individuo y como elemento imprescindible en la sociedad de la que forma parte en todas sus facetas. Además de sus derechos civiles y legales, goza de este respeto, del amor y el afecto que más merece. La mujer como hija, como esposa-compañera, como madre y como mujer que es, está considerada la reina de la sociedad. Por ello, un derecho que nos ha sido otorgado por Al.lah (Dios) no puede sernos arrebatado por los hombres.
El Islam llegó a atender sus inquietudes psicológicas, espirituales o afectivas y también sus necesidades físicas, en las que se incluyen las sexuales, pues para el Islam la Sexualidad es una necesidad básica del ser humano, ya sea mujer u hombre.
Se prohibieron los malos tratos y cualquier forma de violencia física o psíquica. Más de ochenta ayas (versículas) del Corán tratan sobre estos temas.
El profeta Mohammad (sala Allahu 3layhi w salam) afirma que el mejor musulmán es aquel que mejor se comporta con su familia: "El más perfecto en fé de entre los creyentes es aquel que es el más bondadoso y trata mejor a su esposa.". Es un deber, pues para el marido armonizar con su esposa, de forma equitativa y amable. Debe tratarla con justicia, respetar sus sentimientos, complacerla gentilmente y considerarla siempre. No debe la mujer recibir animadversión alguna ni ser sometida a ansiedades ni incertidumbres.
Muhammad (sala Allahu 3layhi w salam.), en su último sermón durante la peregrinación dijo: "¡Vosotros! Tenéis derechos sobre vuestra esposa y vuestra esposa tiene derecho sobre vosotrso. Tratad a vuestra esposa con amor y gentileza."
Así los papeles del hombre y la mujer se complementan como pareja. Derechos y responsabilidades de ambos sexos son iguales y equilibrados en su totalidad.
An-nisâí recoge el siguiente fragmento de un hadiz de ‘Aisha (r.a): “Daraba Rasulullah, sala Allahu 3layhi w salam., imra´t lahu wa lâ jâdaman qat, wa lâ daraba biyadihi shaiân qat il-la fî sabilil-lah aw tantahaka haramât Allah fayantaqama Allah” (‘Rasulul-lah jamás maltrató a ninguna de sus mujeres, ni a ninguno de sus sirvientes, y ni siquiera golpeó con la mano cosa alguna, excepto por el camino de Allah o por la transgresión de lo haram castigado por Allah’ (se refiere al yihad)). No sólo no pegó jamás a ninguna mujer, sino que dijo expresamente: “No peguéis a las siervas de Allah” (Abu Da’ud, Nasa’i, Ibn Maya, Ahmad ibn Hanbal, Ibn Hisham y Hakim, tomado de Iyás ibn AbdAllah; Ibn Hibban, tomado de AbdAllah ibn Abbas; y Baihaqi, tomado de Umm Kulzum). Asimismo desaconsejó a las mujeres casarse con hombres que pegaban, y declaró que la escena de un hombre pegando a una mujer le ponía enfermo.
En resumen, y para que quede constancia de las opiniones en que nos hemos apoyado, hemos negado que la acepción acertada al pasaje de Corán 4:34 sea la de golpear a la esposa, y lo hemos defendido con varios tipos de argumentos:
1. El argumento filológico: El significado raíz del verbo es ‘dar una llamada de atención’ (Academia de Jurisprudencia Islámica Española y Abdallah Bartoll).
2. El argumento de la sunna: El Profeta jamás pegó a una mujer (Omar Ribelles)
3. El argumento de la exégesis textual: El contexto del pasaje no es el de una riña matrimonial, así que la defensa de daraba como “pegar” —en frío— nos situaría en el grado de la perversión mental (Abdelmu’min Aya)
4. El argumento del sentido común: Pegar a la propia esposa es causarse daño a sí mismo (Abdelkarim Jattib).
5. El argumento del fiqh: Golpear ‘con una brizna de paja’ es sólo un símbolo que deja sin efectividad una aya bajada sólo para el Profeta (Abderrahmán Muhámmad Maanán).
6. El argumento de la sensibilidad islámica: Toda agresión es kufr (Sidi Hayyami)
7. El argumento de la praxis islámica: Las legislaciones de los países árabes recogen los malos tratos maritales como causa de divorcio (Jadiya Candela).
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